El litigio 20th Century Fox contra Warner Bros por los derechos de Watchmen llegó a su fin. Los abogados de ambos estudios llegaron a un arreglo y la fecha de estreno será la prevista originalmente. Y aunque Fox renuncia a la distribución y a los créditos en esta película no sale para nada perdiendo.
¿Qué ganó? Una cifra no revelada de entre 5 y 10 millones de dólares más alrededor de un millón y medio de lo invertido por lo que (no) hizo durante dos décadas más salvarse de las costas judiciales (a cargo de Warner) más participación en regalías por eventuales proyectos relacionados.
¿Y qué hay de Warner? Bueno, acá el asunto es más complejo.
He estado discutiendo el tema en PsicoFXP y algunos foristas decían que Warner no era tan negligente/soberbia (como yo afirmaba) ni tan ingenua como para embarcarse en un proyecto como éste sabiendo que podía haber una reclamación de Fox.
Ponían como ejemplos casos reales de pleitos de grandes corporaciones en donde lo que aparecía como una pérdida luego se transformaba en lo contrario. Así, por ejemplo Warner podía incluso llegar a perder el juicio pero la publicidad grautita que le aparejaba haber tenido el caso en el candelero se iba a expresar en mayor taquilla y lo que era aparente pérdida se volvía luego pingüe ganancia.
Yo afirmaba que muchas situaciones como las mencionadas podían darse (de hecho se dieron) pero no así el caso que nos interesa, puesto que Watchmen no tenía nada para ganar si el juicio se iniciaba (sólo si se iniciaba ya tenía un retraso de meses del estreno, ni hablar si se llegaba a un fallo adverso), ni siquiera una publicidad gratuita más un aumento de la taquilla le podía compensar las pérdidas por retraso en lo invertido, tanto en la producción como en el marketing (suele ocurrir que el costo de promoción es casi tanto o más que el de la obra).
Es decir, con este escenario Warner tenía todo para perder. Y no es que defienda a ese estudio, por el contrario, los lectores de Metrovideo han leído las numerosas ocasiones en que repudié las actitudes de ambos estudios.
(Véase DC: Crisis de identidad, Industria sin chimenea, Viejos zorros de la Fox, La larga marcha).
Si en lugar de compañías fueran personas los llamaríamos cagadores, estafadores, verdaderas ratas que habría que tener lo más lejos posible para no resultar víctimas de sus artimañas.
Y de lo que se trasluce por los comentarios de Variety como de The Hollywood Reporter es que Warner efectivamente no era ingenua. Incluso tampoco negligente. De ser ciertas las especulaciones Warner fue aún más allá: habría hecho lo que hacen los abogados corruptos, pactar con el abogado de la otra parte para estafar al representado.
El nuevo escenario (oculto al público y revelado ahora, según estos dichos) es que Warner ahora demandará a Lawrence Gordon porque él sí debió saber que Fox aún tenía ingerencia en el proyecto y no comunicó al estudio de esta situación, lo que le generó a la compañía de Bugs Bunny haberse sometido a un riesgo de un juicio y a afrontar toda una serie de gastos legales. La demanda a Gordon sería equivalente a lo que Warner tendría que pagarle a Fox por lo que, de ganar, Warner no pierde un dólar y, ahora sí, gana en publicidad más que lo que hubiera perdido (que en realidad no sería nada, ya que todo lo cubriría Gordon).
Resumiendo:
1) Warner y Fox apestan.
2) No hubo negligencia de Warner pero su estrategia no fue perder para ganar. Fue aún peor: pactar con el "enemigo" para perjudicar a un tercero.
3) Pobre Gordon.
4) Urge que ésta sea el último escalón de este culebrón lamentable y que podamos disfrutar de una vez la película.
5) Repito: Warner y Fox apestan.
¿Qué ganó? Una cifra no revelada de entre 5 y 10 millones de dólares más alrededor de un millón y medio de lo invertido por lo que (no) hizo durante dos décadas más salvarse de las costas judiciales (a cargo de Warner) más participación en regalías por eventuales proyectos relacionados.
¿Y qué hay de Warner? Bueno, acá el asunto es más complejo.
He estado discutiendo el tema en PsicoFXP y algunos foristas decían que Warner no era tan negligente/soberbia (como yo afirmaba) ni tan ingenua como para embarcarse en un proyecto como éste sabiendo que podía haber una reclamación de Fox.
Ponían como ejemplos casos reales de pleitos de grandes corporaciones en donde lo que aparecía como una pérdida luego se transformaba en lo contrario. Así, por ejemplo Warner podía incluso llegar a perder el juicio pero la publicidad grautita que le aparejaba haber tenido el caso en el candelero se iba a expresar en mayor taquilla y lo que era aparente pérdida se volvía luego pingüe ganancia.
Yo afirmaba que muchas situaciones como las mencionadas podían darse (de hecho se dieron) pero no así el caso que nos interesa, puesto que Watchmen no tenía nada para ganar si el juicio se iniciaba (sólo si se iniciaba ya tenía un retraso de meses del estreno, ni hablar si se llegaba a un fallo adverso), ni siquiera una publicidad gratuita más un aumento de la taquilla le podía compensar las pérdidas por retraso en lo invertido, tanto en la producción como en el marketing (suele ocurrir que el costo de promoción es casi tanto o más que el de la obra).
Es decir, con este escenario Warner tenía todo para perder. Y no es que defienda a ese estudio, por el contrario, los lectores de Metrovideo han leído las numerosas ocasiones en que repudié las actitudes de ambos estudios.
(Véase DC: Crisis de identidad, Industria sin chimenea, Viejos zorros de la Fox, La larga marcha).
Si en lugar de compañías fueran personas los llamaríamos cagadores, estafadores, verdaderas ratas que habría que tener lo más lejos posible para no resultar víctimas de sus artimañas.
Y de lo que se trasluce por los comentarios de Variety como de The Hollywood Reporter es que Warner efectivamente no era ingenua. Incluso tampoco negligente. De ser ciertas las especulaciones Warner fue aún más allá: habría hecho lo que hacen los abogados corruptos, pactar con el abogado de la otra parte para estafar al representado.
El nuevo escenario (oculto al público y revelado ahora, según estos dichos) es que Warner ahora demandará a Lawrence Gordon porque él sí debió saber que Fox aún tenía ingerencia en el proyecto y no comunicó al estudio de esta situación, lo que le generó a la compañía de Bugs Bunny haberse sometido a un riesgo de un juicio y a afrontar toda una serie de gastos legales. La demanda a Gordon sería equivalente a lo que Warner tendría que pagarle a Fox por lo que, de ganar, Warner no pierde un dólar y, ahora sí, gana en publicidad más que lo que hubiera perdido (que en realidad no sería nada, ya que todo lo cubriría Gordon).
Resumiendo:
1) Warner y Fox apestan.
2) No hubo negligencia de Warner pero su estrategia no fue perder para ganar. Fue aún peor: pactar con el "enemigo" para perjudicar a un tercero.
3) Pobre Gordon.
4) Urge que ésta sea el último escalón de este culebrón lamentable y que podamos disfrutar de una vez la película.
5) Repito: Warner y Fox apestan.
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