Hoy fue un día desparejo.
Concurrí a la modesta pero excelente muestra de Divito (Centro Cultural Bernardino Rivadavia). Ver las ilustraciones y tiras del creador de Rico Tipo y sus inolvidables personajes (El Dr. Merengue, Fúlmine, Fallutelli, etc.) siempre es un placer y ver sus originales es palpar aquella Argentina en la que todo parecía posible. Gloria y loor al mayor dandy que tuvo la historieta nacional.
Pero después de ese exquisito bocado vino un plato indigesto: Cinecomix 2007.
Hago dos aclaraciones necesarias:
1) No conocí las Cinecomix anteriores ni había leído nada al respecto.
2) Sé que es más fácil criticar que realizar y que todo emprendimiento de este tipo requiere esfuerzo por parte de los organizadores, lleva tiempo, dinero y trabajo, y debe contar con el apoyo de los fanáticos.
Así y todo debo decir que el evento que se desarrolló en el Patio de la Madera fue, siendo lo más generoso y condescendiente posible, un fiasco. Y si me pongo un poco exigente, una reverenda porquería. Y si me pongo muy exigente, una estafa.
De regreso, me puse a buscar información y la encontré en PsicoFXP, foro donde suelo participar. Tarde descubrí que Cinecomix 2006 había sido un bodrio.
Bueno, imaginense lo mismo pero peor: acá la entrada costaba $ 12.
A ver, qué te dan por 12 mangos. Mmm... creo que lo único gratis es entrar a una sala para ver algún DVD (que, como cualquiera sabe, está prohibido y si no releen los carteles de "warning" que aparecen al comienzo de una película). Creo que no mucho más, salvo llevar a tu hijo a sacarse alguna foto con un "superhéroe"; confieso que no averigüé si era o no gratis, pero no importa: ¡12 mangos!
En definitiva pagás para entrar a ver veinte stands donde no te regalan nada. Pagás para seguir pagando adentro. Es como si para entrar a comprar un muñeco en Camelot te cobraran primero una entrada en la puerta de la galería.
Pero eso no fue lo más grave... ni siquiera los "actores" que encarnaban a los "héroes": un Superman que ni siquiera tuvo la deferencia de afeitarse; un Batman que bien podría haber sido el Coco Basile.
Lo más grave (y aquí es donde ya se podría hablar de estafa) es que se había anunciado en afiches y hasta en la televisión como una muestra que incluía entre sus items a "Autos de película" y al "Museo del juguete".
Si uno lee "autos" (así, en plural) imagina, no sé, 7 u 8 reproducciones más o menos dignas. Pues bien, los plurales autos terminaron reduciéndose a un único, solitario y singular auto: un Escarabajo al que le no les costó demasiado camuflar de Herbie (un par de rótulos y listo, total la gilada garpa). Salvo que consideraran "auto" a una nave espacial, el X-Wing de cartón prensado.
Respecto del "museo del juguete", donde uno esperaba encontrar montañas de maravillas de décadas anteriores, joyas de coleccionistas, juguetes de chapa, autos de colección, mecanos, robots... ay, ay, ay... en realidad se trataba de dos vitrinas nada impresionantes donde lo más antiguo eran... cinco Varitechs. Y una colección de figuras de las series animadas de Batman, Superman, Batman del Futuro, los Caballeros del Zodíaco y no mucho más. Todo eso entraba en dos pequeñas vitrinas... y eso era, según esta gente, un "museo del juguete".
Muchos nos retiramos, defraudados, puteando por lo bajo, prometiendo no volver a "colaborar" con estos "emprendimientos".
Como dije al principio, es más fácil criticar que realizar. Pero es más fácil lograr el elogio de los asistentes si hacen algo digno.
Concurrí a la modesta pero excelente muestra de Divito (Centro Cultural Bernardino Rivadavia). Ver las ilustraciones y tiras del creador de Rico Tipo y sus inolvidables personajes (El Dr. Merengue, Fúlmine, Fallutelli, etc.) siempre es un placer y ver sus originales es palpar aquella Argentina en la que todo parecía posible. Gloria y loor al mayor dandy que tuvo la historieta nacional.
Pero después de ese exquisito bocado vino un plato indigesto: Cinecomix 2007.
Hago dos aclaraciones necesarias:
1) No conocí las Cinecomix anteriores ni había leído nada al respecto.
2) Sé que es más fácil criticar que realizar y que todo emprendimiento de este tipo requiere esfuerzo por parte de los organizadores, lleva tiempo, dinero y trabajo, y debe contar con el apoyo de los fanáticos.
Así y todo debo decir que el evento que se desarrolló en el Patio de la Madera fue, siendo lo más generoso y condescendiente posible, un fiasco. Y si me pongo un poco exigente, una reverenda porquería. Y si me pongo muy exigente, una estafa.
De regreso, me puse a buscar información y la encontré en PsicoFXP, foro donde suelo participar. Tarde descubrí que Cinecomix 2006 había sido un bodrio.
Bueno, imaginense lo mismo pero peor: acá la entrada costaba $ 12.
A ver, qué te dan por 12 mangos. Mmm... creo que lo único gratis es entrar a una sala para ver algún DVD (que, como cualquiera sabe, está prohibido y si no releen los carteles de "warning" que aparecen al comienzo de una película). Creo que no mucho más, salvo llevar a tu hijo a sacarse alguna foto con un "superhéroe"; confieso que no averigüé si era o no gratis, pero no importa: ¡12 mangos!
En definitiva pagás para entrar a ver veinte stands donde no te regalan nada. Pagás para seguir pagando adentro. Es como si para entrar a comprar un muñeco en Camelot te cobraran primero una entrada en la puerta de la galería.
Pero eso no fue lo más grave... ni siquiera los "actores" que encarnaban a los "héroes": un Superman que ni siquiera tuvo la deferencia de afeitarse; un Batman que bien podría haber sido el Coco Basile.
Lo más grave (y aquí es donde ya se podría hablar de estafa) es que se había anunciado en afiches y hasta en la televisión como una muestra que incluía entre sus items a "Autos de película" y al "Museo del juguete".
Si uno lee "autos" (así, en plural) imagina, no sé, 7 u 8 reproducciones más o menos dignas. Pues bien, los plurales autos terminaron reduciéndose a un único, solitario y singular auto: un Escarabajo al que le no les costó demasiado camuflar de Herbie (un par de rótulos y listo, total la gilada garpa). Salvo que consideraran "auto" a una nave espacial, el X-Wing de cartón prensado.
Respecto del "museo del juguete", donde uno esperaba encontrar montañas de maravillas de décadas anteriores, joyas de coleccionistas, juguetes de chapa, autos de colección, mecanos, robots... ay, ay, ay... en realidad se trataba de dos vitrinas nada impresionantes donde lo más antiguo eran... cinco Varitechs. Y una colección de figuras de las series animadas de Batman, Superman, Batman del Futuro, los Caballeros del Zodíaco y no mucho más. Todo eso entraba en dos pequeñas vitrinas... y eso era, según esta gente, un "museo del juguete".
Muchos nos retiramos, defraudados, puteando por lo bajo, prometiendo no volver a "colaborar" con estos "emprendimientos".
Como dije al principio, es más fácil criticar que realizar. Pero es más fácil lograr el elogio de los asistentes si hacen algo digno.
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