En las últimas temporadas de una de nuestras sitcoms predilectas (hablamos de The Nanny, joder) aparecía una insoportable doctora, que nos resultaba un rostro familiar.
Y no fue casual que Fran Drescher haya elegido a Nora Dunn para interpretar a un personaje remilgado hasta lo insoportable, puesto que fue adalid de un episodio de "moralismo feminista" allá por 1990. El hecho ocurrió durante el programa Saturday Night Live, donde Dunn era una de las actrices regulares.
Como se sabe, SNL siempre tiene un anfitrión diferente en cada emisión; en el último episodio de la 15º temporada (1989-1990) ese papel cayó en el comediante Andrew Dice Clay, quien venía desarrollando un polémico personaje llamado "The Diceman", quien desplegaba su machismo con ácidos chistes en contra de las mujeres y los homosexuales.
A pesar de que Clay había advertido en numerosas ocasiones que sólo se trataba de un personaje humorístico, y que él, como actor, no tenía la ideología fascista de su "criatura", Nora Dunn decidió hacer un boicot al programa en el que Clay iba a ser el presentador. No sólo no concurrió a trabajar en ese último episodio de la temporada sino que por todos los medios convocó a asociaciones defensoras de los derechos de las mujeres y de los homosexuales a que protestaran en las puertas de la emisora.
Sus propios compañeros de elenco no la tomaron en serio, y hasta ridiculizaron a Dunn con chistes. No obstante, esa noche los guionistas y el propio Clay optaron por dar una versión más naif del personaje, para no provocar mayores polémicas. Sin embargo, el germen cultivado por Dunn había prendido fuerte en los "defensores de los derechos", quienes demostraron ser tan reaccionarios como sus supuestos "agresores" pues a partir de ese momento numerosas protestas se sucedieron en toda actuación de Clay en teatros y en los estrenos de sus películas, llegando al punto de que tanto quienes lo contrataban como quienes lo producían dejaron de convocarlo para evitar más escándalos.
En un intento desesperado Clay se presentó en el programa de Arsenio Hall para convencer a la audiencia de que, a pesar de los ataques, seguía entero, pero en un momento dado se quebró. Hay quienes dicen que lo hizo a propósito, para demostrar que justamente él como actor no era el machista recalcitrante que decía ser su personaje, y hay quienes dicen que se quebró en serio, abrumado por todas las presiones a las que estaba siendo sometido.
Fuera de una u otra manera ese fue el tiro de gracia para la carrera de Clay, quien fue condenado por esa misma sociedad tan "políticamente correcta" como hipócrita que es la estadounidense (y cualquier sociedad esnobista y exitista, incluida la argentina).
Y todo por no saber diferenciar ficción de realidad, puesto que si habría que censurar a cada personaje ficticio que nos parezca desagradable, deberían "desaparecer" desde Hannibal Lecter a Darth Vader.
Gracias, Nora, por tu invalorable aporte.
Y no fue casual que Fran Drescher haya elegido a Nora Dunn para interpretar a un personaje remilgado hasta lo insoportable, puesto que fue adalid de un episodio de "moralismo feminista" allá por 1990. El hecho ocurrió durante el programa Saturday Night Live, donde Dunn era una de las actrices regulares.
Como se sabe, SNL siempre tiene un anfitrión diferente en cada emisión; en el último episodio de la 15º temporada (1989-1990) ese papel cayó en el comediante Andrew Dice Clay, quien venía desarrollando un polémico personaje llamado "The Diceman", quien desplegaba su machismo con ácidos chistes en contra de las mujeres y los homosexuales.
A pesar de que Clay había advertido en numerosas ocasiones que sólo se trataba de un personaje humorístico, y que él, como actor, no tenía la ideología fascista de su "criatura", Nora Dunn decidió hacer un boicot al programa en el que Clay iba a ser el presentador. No sólo no concurrió a trabajar en ese último episodio de la temporada sino que por todos los medios convocó a asociaciones defensoras de los derechos de las mujeres y de los homosexuales a que protestaran en las puertas de la emisora.
Sus propios compañeros de elenco no la tomaron en serio, y hasta ridiculizaron a Dunn con chistes. No obstante, esa noche los guionistas y el propio Clay optaron por dar una versión más naif del personaje, para no provocar mayores polémicas. Sin embargo, el germen cultivado por Dunn había prendido fuerte en los "defensores de los derechos", quienes demostraron ser tan reaccionarios como sus supuestos "agresores" pues a partir de ese momento numerosas protestas se sucedieron en toda actuación de Clay en teatros y en los estrenos de sus películas, llegando al punto de que tanto quienes lo contrataban como quienes lo producían dejaron de convocarlo para evitar más escándalos.
En un intento desesperado Clay se presentó en el programa de Arsenio Hall para convencer a la audiencia de que, a pesar de los ataques, seguía entero, pero en un momento dado se quebró. Hay quienes dicen que lo hizo a propósito, para demostrar que justamente él como actor no era el machista recalcitrante que decía ser su personaje, y hay quienes dicen que se quebró en serio, abrumado por todas las presiones a las que estaba siendo sometido.
Fuera de una u otra manera ese fue el tiro de gracia para la carrera de Clay, quien fue condenado por esa misma sociedad tan "políticamente correcta" como hipócrita que es la estadounidense (y cualquier sociedad esnobista y exitista, incluida la argentina).
Y todo por no saber diferenciar ficción de realidad, puesto que si habría que censurar a cada personaje ficticio que nos parezca desagradable, deberían "desaparecer" desde Hannibal Lecter a Darth Vader.
Gracias, Nora, por tu invalorable aporte.
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